En el corazón del Valle de Curicó, en el secano costero del sur de la zona central de Chile, se encuentra Altos de Caone, un lugar donde la naturaleza y la tradición se entrelazan. A 400 metros sobre el nivel del mar y a solo 35 km del océano Pacífico, esta región se distingue por sus suelos rocosos, colinas onduladas y un clima extremo: días calurosos de hasta 30 °C y noches frescas que descienden a 9 °C, creando condiciones ideales para la viticultura.

Viña Kaune eligió este terroir único debido a su historia y su potencial. Desde tiempos ancestrales, Altos de Caone ha sido una tierra cultivada por manos expertas, primero por pueblos indígenas y más tarde por misioneros que introdujeron la viticultura. Su ubicación privilegiada, entre los cordones montañosos que conectan la Cordillera de los Andes con la Cordillera de la Costa, y la influencia del cercano océano Pacífico, brindan a las uvas un equilibrio excepcional entre madurez y frescura.

El clima extremo y el suelo pobre en nutrientes desafían a las vides, obligándolas a desarrollar raíces profundas que extraen minerales únicos, lo que se traduce en uvas de gran concentración y carácter. Este es el entorno perfecto para el cultivo del Cabernet Sauvignon, una variedad que encuentra en Altos de Caone su máxima expresión: vinos con cuerpo, elegancia y complejidad.

En Viña Kaune, la pasión por la viticultura y el respeto por la tradición nos inspiran a elaborar vinos que cuentan una historia. Cada botella refleja el carácter de esta tierra y el esfuerzo dedicado a preservar su esencia. Altos de Caone no es solo el hogar del Cabernet Sauvignon de Viña Kaune, sino también un testimonio del compromiso por crear vinos excepcionales que conectan al paladar con la riqueza del paisaje.

En Viña Kaune, la sustentabilidad es el corazón de nuestra viticultura. Contamos con un tranque natural que recolecta aguas lluvias, lo que nos permite regar nuestro viñedo durante el año sin recurrir a fuentes profundas. En invierno, más de 300 ovejas pastan entre nuestras parras, fertilizando de forma orgánica y revitalizando el suelo con sus ciclos naturales. Todos nuestros procesos son realizados por manos locales, personas del sector que conocen la tierra, su carácter y sus cuidados. El arado se realiza con caballos, reduciendo la huella de carbono y evitando la compactación del terreno. Y cuando llega el momento de la cosecha, cada racimo es recolectado a mano, sin maquinaria, respetando la integridad de la fruta y honrando la tradición. Así, en cada botella de Viña Kaune se expresa no solo el terroir, sino también nuestro respeto por la naturaleza.